Cerdo a la parrilla con salsa de grosellas rojas

La increíble salsa agridulce decorará el sabor del cerdo común.
Cómo cocinar Cerdo a la parrilla con salsa de grosellas rojas
Paso 1
Marinar las piezas de cerdo durante varias horas o toda la noche.
Paso 2
Derrita la mantequilla en una sartén, agregue agua y azúcar. Tan pronto como el azúcar se disuelva, vierta las grosellas, la menta y las especias. Cocine a fuego lento bajo una tapa a fuego bastante alto hasta que el jugo se destaque.
Paso 3
Cortar la cebolla lo más pequeña posible, agregar a la salsa y cocinar a fuego lento hasta que esté transparente.
Paso 4
Pase la salsa terminada a través de un colador.
Paso 5
Agregue sal y enfríe.
Paso 6
Carne marinada a la parrilla.
Cerdo a la parrilla con salsa de grosellas rojas - Preguntas frecuentes sobre ingredientes, tiempo de horneado y almacenamiento
Sí, las grosellas congeladas funcionan perfectamente. No es necesario descongelarlas antes de añadirlas a la sartén. Simplemente cuécelas a fuego lento hasta que suelten su jugo, tal como se indica.
Los arándanos rojos son el sustituto más parecido en cuanto a acidez y color. También podrías usar una mezcla de frambuesas con un chorrito de zumo de limón para obtener un perfil de sabor similar.
La salsa de grosellas se conservará bien en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 3 o 4 días. Asegúrate de que esté completamente fría antes de guardarla.
Sí, tanto el cerdo a la parrilla como la salsa de grosellas se pueden congelar por separado. Guárdalos en recipientes herméticos o bolsas para congelar. Lo mejor es descongelar la salsa en el refrigerador durante la noche. Recalienta bien el cerdo antes de servir.
La mejor manera de recalentar el cerdo es suavemente en un horno a baja temperatura (alrededor de 150°C) o en una sartén con un poco de caldo o agua para que no se seque. También puedes calentarlo en el microondas, pero ten cuidado de no cocinarlo demasiado.
Este cerdo combina bien con verduras asadas (como patatas, zanahorias o coles de Bruselas), una ensalada verde fresca, quinoa o arroz. La salsa agridulce complementa una variedad de sabores.
Sí, puedes reducir la cantidad de azúcar en la salsa o usar un sustituto del azúcar. Comienza con la mitad de la cantidad y ajusta a tu gusto. Ten en cuenta que las grosellas son naturalmente ácidas, por lo que se necesita algo de dulzor para equilibrar el sabor.
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