Mejillones al vino blanco

Cookinero 15 dic. 2022

Los mejillones al vino blanco son una opción ideal para una cena romántica: ligeros, refinados y… propicios para una tentadora continuación de la velada, porque todos los mariscos son considerados fuertes afrodisíacos. Bueno, si tal giro de los acontecimientos no te atrae ahora, vale la pena aprender a cocinar este plato, aunque solo sea porque es muy sabroso, simple y rápido. De hecho, los mejillones se cocinan al vapor, no en agua: la salsa de vino solo le da un sabor especial a los mariscos. Además, es muy sabroso mojar rebanadas de pan fresco en tal "salsa", que definitivamente deberías acompañar a este maravilloso plato cuando lo sirvas.

Cómo cocinar Mejillones al vino blanco

Paso 1

Mejillones al vino blanco

Prepara los mejillones. Lave bien los fregaderos y raspe para eliminar los desechos. Tóquelos y deseche las conchas abiertas que no se cierran cuando se golpean.

Paso 2

Mejillones al vino blanco

Triturar el ajo y pelar. Cortar grueso. Pelar y picar la cebolla. Lavar el perejil y secar. Retire los tallos gruesos. Picar finamente las verduras restantes.

Paso 3

Mejillones al vino blanco

Ponga una cacerola lo suficientemente grande al fuego (todos los mejillones deben caber en ella más tarde, y de modo que no ocupen más de dos tercios del volumen). Vierta el aceite de oliva y caliente. Sofreír la cebolla y el ajo encima.

Paso 4

Mejillones al vino blanco

Verter el vino blanco y llevar a ebullición. Coloque los mejillones en una cacerola y sazone con sal. Cocine durante 3-4 minutos a fuego alto, agitando el recipiente de vez en cuando, hasta que las cáscaras comiencen a abrirse.

Paso 5

Agrega perejil. Agite la olla de mejillones nuevamente y transfiéralos a un plato para servir. Deseche las cáscaras sin abrir. Los mejillones se pueden servir con pan fresco en la mesa.

Mejillones al vino blanco - Preguntas frecuentes sobre ingredientes, tiempo de horneado y almacenamiento

Sí, puedes sustituir el vino blanco por vermú seco o incluso por caldo de pollo o vegetales para una opción sin alcohol, aunque el perfil de sabor cambiará ligeramente.
Guarda las sobras en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 2 días. Recalienta suavemente en la estufa para evitar que se cocinen demasiado.
Para una versión vegetariana, prueba con hongos seta rey o palmitos como sustituto de textura, aunque el sabor será diferente.
Lava las conchas bajo agua fría, retira la barba tirando hacia la bisagra y desecha las que estén rotas o no se cierren.
Los mejillones son mejores frescos, pero puedes preparar los ingredientes (hierbas picadas, ajo, etc.) con antelación y cocinarlos justo antes de servir.
Pan crujiente, pan de ajo o una simple ensalada verde acompañan bien el plato. Para una comida más sustanciosa, añade patatas asadas o pasta.
No se recomienda congelar, ya que la textura se vuelve gomosa. Es mejor disfrutarlos frescos o refrigerados por poco tiempo.
Dobla o triplica los ingredientes, pero cocina en tandas para evitar llenar demasiado la sartén, lo que puede provocar una cocción desigual.
Sí, siempre que lo sirvas con pan sin gluten o sin pan, el plato es naturalmente libre de gluten.

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