Las fresas se consideran legítimamente la reina de los postres de verano. En nuestra receta, su acidez realza favorablemente la mousse de chocolate blanco.
Picar el chocolate en trozos pequeños y colocar en un bol. Vierta 1/2 taza de crema en una cacerola. Cortar la vaina de vainilla a lo largo, quitar las semillas y añadir a la nata. Coloque la cacerola a fuego medio y caliente hasta que comiencen a formarse burbujas en la superficie, pero no deje que la crema hierva. Verter la nata caliente sobre el chocolate, dejar actuar 3 minutos y luego batir con batidora eléctrica hasta que el chocolate se integre por completo con la nata. Cubra el recipiente con film transparente y refrigere por 2 horas.
Bate la crema restante con una batidora eléctrica a alta velocidad hasta que se formen picos suaves, agrega la miel y continúa batiendo hasta que se formen picos rígidos.
Saca el bol de chocolate de la nevera, añade la nata montada y mezcla suavemente.
Cortar las fresas en cubos y disponer en 6 vasos o tazones. Extienda la mousse sobre las fresas. Espolvorear con pistachos picados antes de servir.