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Cuenta la leyenda que un día, un aprendiz de cocinero francés intentó hacer natillas en la cocina de su mentor. Un movimiento en falso provocó que la crema se vertiera en el recipiente con el chocolate en lugar de en el recipiente con los huevos. Cuando la masa se endureció, el chico hizo bolitas con ella y las espolvoreó con cacao para disimular las irregularidades. Así, el azar hizo que surgieran las trufas más delicadas que pronto podrán aparecer en vuestra mesa.

Paso 1

En una cacerola, combine el agua, la mantequilla, el azúcar, el cacao y coloque a fuego lento. Cocine hasta que el azúcar se haya disuelto completamente, revolviendo ocasionalmente, luego retire la cacerola del fuego.

Paso 2

Añade la leche en polvo a la mezcla de chocolate en pequeñas porciones, revolviendo constantemente.

Paso 3

Espolvorea con leche en polvo la superficie de trabajo donde elaborarás las trufas. Separar una pequeña porción de la masa de chocolate, hacer una bola con ella y rebozarla en leche en polvo. Humedezca ligeramente el caramelo con agua y rebócelo en nueces. Hacer el resto de las trufas de la misma manera.

Paso 4

Coloque los dulces en el refrigerador durante varias horas.