¡Una versión más ligera de la cocina tradicional francesa definitivamente debería estar en tu mesa de verano! Rápido, sabroso y saludable, pero solo un guiso de calabacín.
Cortar los calabacines, sin pelar, a lo largo en cuartos y luego cortarlos transversalmente en trozos de 2,5 a 3 cm.
Triturar, pelar y picar el ajo. Poner las hojas de perejil sobre el ajo y picarlo también. Cortar los tomates en cubos medianos.
Calentar la mantequilla derretida en una cacerola. A fuego alto, freír rápidamente los calabacines hasta que estén dorados, espolvorear con harina, sal y pimienta, sofreír un poco más.
Vierta la crema agria sobre los calabacines, reduzca el fuego a medio, revuelva y deje hervir. Agregue los tomates y el perejil con ajo, caliente, retire del fuego y sirva.