Helado muy suave y delicioso. Gracias al almidón, el helado no se convierte en agua, ¡pero tiene una textura muy delicada!
Mezcle el azúcar de vainilla, el azúcar regular y la leche en polvo en una cacerola. Verter 250 ml de leche poco a poco, mezclar con unas varillas para que no queden grumos. Mezcle los 50 ml restantes de leche con almidón.
Lleve la mezcla de leche a ebullición. Vierta el almidón en un chorro fino, revolviendo constantemente.
Hervir la mezcla de leche hasta que espese. Enfriarse. Vierta en un recipiente poco profundo, cubra con film transparente y refrigere para enfriar.
Montar la nata fría a punto de nieve, añadir la mezcla de leche a la nata, mezclar. Vierta la mezcla en una máquina para hacer helados y congele durante 30 minutos. Si ella no lo es. Eso es cada 15 minutos. Puedes sacar la mezcla del congelador y mezclar con una batidora.
Vierta el helado terminado en tazas y póngalo en el congelador durante 2-3 horas. ¡Disfrute de su comida!