Cortar el calabacín y la zanahoria en rodajas de hasta 0,5 cm de grosor.
Retire con cuidado los tallos de los tomates y córtelos en rodajas de unos 5 mm de grosor.
Picar los dientes de ajo en rodajas finas.
Coloque la sal y el azúcar en una cacerola, agregue agua (0,5 l) y agregue el vinagre. Poner a hervir y apagar. Coloque unos granos de pimienta y un par de ramitas de eneldo en un frasco esterilizado.
Coloque todas las verduras picadas en el frasco en cualquier orden, preferiblemente en capas, lo más apretadas posible. Una vez llenado el máximo espacio, vertemos la marinada (agua hirviendo con especias, la preparamos en el paso anterior) y enrollamos la tapa. Envuelva el frasco en una toalla y déjelo enfriar. ¡Los calabacines encurtidos para el invierno ya están listos!