
Preparar la base. Vierta la nata y la leche en una cacerola con fondo grueso. Calentar, pero no hervir. Apaga el fuego y añade el azúcar. Revuelva hasta que los cristales se disuelvan completamente.

Hacer panna cotta. Combine la mezcla de leche y crema con la gelatina y vuelva a mezclar hasta que quede suave. Verter el líquido resultante en recipientes y refrigerar durante 120 minutos.

Cocine la salsa. Colocar las fresas en una cacerola, verter el jugo liberado durante la descongelación y espolvorear con azúcar. Utilizando una licuadora, haga puré las bayas. Cocine a fuego medio durante 5 minutos, luego aumente el fuego, deje hervir y cocine por 3 minutos más. Remueve la salsa mientras se cocina para evitar que se queme. Enfriar la salsa de fresa terminada.
Montar el postre. Sacar los cuencos de panna cotta del refrigerador. Vierta la salsa de fresa por encima.