
Comience a amasar la masa. Añade sal, mantequilla al bol con la harina y vierte la leche caliente, revolviendo con una cuchara. Amasar la masa. No necesitarás amasar por mucho tiempo. Es suficiente conseguir homogeneidad y suavidad en la masa. Ajuste la cantidad de harina o agua dependiendo de la consistencia de la masa. Envolver la masa en film transparente y dejar reposar a temperatura ambiente durante 30 minutos. Después de esto, la masa quedará aún más “obediente” al trabajarla.

Preparar el relleno. Calentar el aceite en una sartén y freír la cebolla hasta que esté transparente. Añade la carne picada a la cebolla y fríela, revolviendo ocasionalmente, durante 7 minutos. Cuando la carne picada se haya oscurecido y dorado, añade los tomates a la sartén. Cocine a fuego lento hasta que los tomates estén tiernos, aproximadamente 1 o 2 minutos. Añade hierbas, sal y pimienta al nachika terminado.

Extender las galletas planas. Después de media hora, divide la masa en 6 partes iguales y forma con cada porción de masa una torta fina y plana. Lo más conveniente es hacerlo entre dos hojas de papel vegetal, o sobre una esterilla de silicona, para que la masa no se pegue a la superficie de la mesa y no se desmorone. Los panes planos deben ser muy finos, de 18 a 20 cm de diámetro. Extiende las porciones restantes de masa.

Calienta una sartén a fuego medio y fríe las tortillas en una sartén seca por ambos lados durante aproximadamente un minuto hasta que aparezcan burbujas en la superficie de la masa y una costra irregular en la parte inferior. Cubre el pan plano dorado con una toalla para mantenerlo suave y flexible. Freír el resto de los ingredientes de la misma manera.

Añade relleno a las tortillas. Coloque el queso rallado sobre el pan plano caliente, luego la mezcla de carne picada y cubra con otra capa de queso. Coloca la segunda tortilla encima y corta en 4 trozos. Repita este paso con las tortillas restantes y el relleno.