Es imposible imaginar la cocina del este, centroasiático y caucásico sin el cordero. Contiene mucha proteína y un contenido de colesterol relativamente bajo, lo que lo convierte en un plato dietético en comparación con la carne de cerdo. La gran cantidad de lecitina, que regula la producción de insulina, hace del cordero un producto necesario para las personas con diabetes tipo 1.
Paso 1

Calentar una sartén con aceite vegetal. Freír el cordero por ambos lados.
Paso 2

Espolvorea con tus especias favoritas.
Paso 3

Añade un poco de agua o caldo, sal a tu gusto y deja cocinar a fuego lento.
Paso 4

Cortar la cebolla en mitades y añadirla a la carne.
Paso 5

Remueve y cocina a fuego lento bajo tapa cerrada hasta que se evapore el exceso de líquido.
Paso 6

Las hierbas frescas decorarán el plato. Se puede servir en la mesa.