Sumerja los duraznos en agua hirviendo durante 1 minuto, luego vierta agua fría sobre ellos y retire la piel. Cortar por la mitad, quitar el hoyo. Cortar en trozos medianos, poner en un recipiente y congelar.
Transfiera los duraznos congelados a un procesador de alimentos, agregue la miel y el yogur, y mezcle hasta que se forme un helado suave, aproximadamente 5 minutos.
Vierta la mezcla en un recipiente y refrigere por lo menos 3 horas.