El postre de fresas y ruibarbo bajo un gorro de masa tierna es la quintaesencia del comienzo del verano. Las fragantes fresas y el ruibarbo agrio forman un dúo muy exitoso.
Enfríe el queso crema y la mantequilla con anticipación, córtelos en cubos pequeños. Precalentar el horno a 230°C.
Pele las fresas de los tallos, corte las nervaduras duras del exterior del tallo de ruibarbo. Cortar el ruibarbo y las fresas en gajos medianos. Mezclar primero con una mezcla de jugo de limón y almidón, luego con canela, azúcar y harina.
Para la masa, en un tazón grande, mezcle la harina con la sal, el polvo para hornear, la soda y el azúcar. Agregue cubos de queso y mantequilla, frote con las manos o pique con un cuchillo en migas.
Agregue la leche cuajada y revuelva rápidamente para mojar las migas secas. ¡No amase durante mucho tiempo, deje que las piezas permanezcan!
Coloque la masa sobre una superficie de trabajo en forma de rectángulo y dóblela dos o tres veces varias veces; esto ayudará a que la masa se acumule en capas.
Tomar 12 tarros de 200-250 g o moldes de porciones para hornear. Cortar la masa en 12 cuadrados, ligeramente más pequeños que el diámetro de la sartén. Lubrique la masa con leche cuajada y espolvoree con azúcar.
Divide la mezcla de fresas y ruibarbo en los moldes, coloca un trozo de masa encima. Coloque los moldes en una fuente para horno profunda y vierta agua suficiente para que llegue a la mitad de los moldes.
Introduce la bandeja en el horno, hornea durante 20-25 minutos. La masa debe subir y volverse dorada. Enfriar un poco antes de servir.