
Casca los huevos en un tazón grande y bátelos con una batidora a velocidad alta durante 5 a 7 minutos. La mezcla de huevo debe volverse blanca y duplicar su volumen. Añade el azúcar y continúa batiendo hasta que la mezcla quede blanca como la nieve y brillante.

Añade la harina tamizada y mezcla con una espátula con movimientos circulares firmes pero suaves de arriba a abajo. No revuelva durante demasiado tiempo ya que la masa puede volverse demasiado compacta y perder su ligereza.

Una vez que los grumos de harina hayan desaparecido, transfiera la masa al molde, alise la superficie y coloque en un horno precalentado durante 30-35 minutos. La galleta terminada siempre tiene un montículo uniforme y es de color marrón dorado.
Retire la galleta del molde cuando se haya enfriado completamente. Pase con cuidado un cuchillo por las paredes y separe la galleta.

Comenzamos a preparar la crema. Batir la mantequilla con la leche condensada y el azúcar de vainilla con una batidora durante 5-7 minutos.

Vamos a comenzar a montar la tarta. Cortar la galleta enfriada en 2 partes y untarla con la crema preparada. Para una mejor remojo, engrasar los bordes del bizcocho. Decora la parte superior del pastel con frutos rojos y deja el pastel en el refrigerador durante unas horas para que la crema espese y el bizcocho se empape.