Corta con cuidado los croissants por la mitad con un cuchillo afilado.
Untamos helado en una de las mitades (además, no debe tener una consistencia muy congelada, pero tampoco blanda).
En un helado, extienda nuestras bayas frescas (frambuesas, fresas, moras, en una palabra, cualquiera que sea), espolvoree chocolate negro rallado encima.
Cubrimos con la segunda mitad del croissant y servimos nuestro postre maestro a la francesa en la mesa. ¡Coma inmediatamente sin demora!