Primero necesitas hacer la salsa boloñesa. Para ello, calienta una sartén y vierte aceite de oliva. Machacar los dientes de ajo con la parte plana de un cuchillo y echarlos a la sartén, freír durante 1 minuto. El aceite debe estar impregnado del sabor del ajo. Añade la carne molida y fríela durante 5 minutos a fuego medio. Sazonar con sal y pimienta.
Cuando la carne picada esté medio hecha, añadir la salsa de tomate. Vierta medio vaso de agua limpia. Remover. Cuando el líquido hierva, reduzca el fuego y cubra con una tapa. Deje hervir a fuego lento la salsa boloñesa durante 20-30 minutos.
Mientras se cocina la salsa boloñesa, prepare la segunda salsa: la bechamel. Para ello, derretir la mantequilla en una cacerola (cucharón) a fuego lento.
Añade la harina y revuelve con una espátula de madera durante 1-2 minutos. La harina debe combinarse con la mantequilla derretida y convertirse en una masa plástica dorada.
Añade la leche y revuelve hasta que la harina se disuelva. Salpimentar ligeramente la salsa. Cocínelo a fuego lento durante 5-7 minutos. La bechamel debe espesar un poco. Retirar del fuego y dejar enfriar. Como resultado, debería obtener una salsa cremosa con la consistencia de crema agria líquida.
Ahora necesitas montar la lasaña. Engrase una fuente para horno con mantequilla o aceite vegetal. Vierte un poco de salsa bechamel en el fondo.
Dependiendo del tamaño del plato y del número de raciones, colocar las láminas de pasta encima de la bechamel en una sola capa.
Unta una fina capa de salsa boloñesa sobre la pasta.
Espolvorear queso rallado por encima.
Vierte nuevamente la salsa bechamel sobre todo y repite las capas mencionadas anteriormente.
En promedio, deberías obtener entre 4 y 5 capas. Preparamos la capa superior de la siguiente manera: colocamos las láminas de pasta sobre el queso rallado, vertemos la bechamel y espolvoreamos nuevamente con el queso rallado.
Coloque la lasaña en el horno para hornear durante unos 30 a 40 minutos. Cortar la lasaña terminada en porciones. Buen provecho.