Comience a amasar la masa. En un recipiente hondo, mezcle el kéfir, el azúcar, la sal y la soda. Agregue mantequilla derretida, hace que los panes planos sean más suaves y tiernos al gusto. Añade poco a poco la harina hasta conseguir una masa lisa, suave y elástica. Amasar durante 5-7 minutos, luego formar una bola con la masa, colocarla en un bol y dejar reposar durante 25-30 minutos, cubierta con una toalla húmeda.
Preparar el relleno. Añade 1-2 pizcas de sal (si el queso no es salado), hierbas frescas picadas y 1-3 cucharadas al queso rallado. yo. kéfir. Mezcle bien todos los ingredientes, el kéfir humedecerá la mezcla y la hará casi homogénea.
Estirar la masa. Golpee la masa reposada y divídala en 6 partes, formando una bola con cada una. Extiende la primera parte de la masa hasta un grosor de aproximadamente 0,5-1 cm, añadiendo harina a la superficie de trabajo si es necesario.
Forme una masa de pan plano para freír. Coloque un poco del relleno sobre la masa extendida y pellizque los bordes de la masa alrededor del relleno para crear una especie de “bolsa”. Espolvorear la masa unida con una pizca de harina. Luego dale la vuelta y alisa con cuidado el pan plano hasta conseguir el grosor deseado, presionándolo con la palma de la mano sobre la superficie de la mesa. Si lo deseas, puedes extender la masa de pan plano con un rodillo hasta obtener el diámetro deseado. Repita este paso con el resto del relleno y la masa.
Freír los panes planos. Freír los panes planos preparados a fuego medio durante 3-4 minutos de cada lado en una sartén seca, tapada. Después de freír el pan plano por un lado, déle la vuelta y haga un agujero para que salga el vapor pinchándolo en varios lugares con un tenedor.
Coloque los panes planos fritos en un plato y úntelos con mantequilla. Mientras fríes los ingredientes restantes, puedes cubrir los panes planos terminados con un plato o tapa y envolverlos en una toalla para mantenerlos calientes.