Cortar el queso y el tomate en trozos pequeños.
Picar finamente el diente de ajo.
Añade al aceite de oliva ajo, una pizca de sal y un poco de pimienta negra molida y luego viértelo en una sartén caliente.
Freír el pan durante un par de minutos por cada lado hasta que quede ligeramente crujiente.
Retira las tostadas de la sartén (¡con cuidado, están calientes!), colócalas sobre una tabla y extiende la salsa pesto uniformemente sobre ellas.
Coloque el queso y el tomate encima de la salsa.