La remolacha es un cultivo de raíz misterioso, cuyo secreto principal es que debe hornearse completamente en el horno, envolverse en varias capas de papel de aluminio y no hervirse durante una hora y media.
Enjuague las remolachas, envuélvalas en papel de aluminio y hornéelas a 200˚ C durante 30 a 40 minutos.
Despegar la piel y dejar enfriar. Picar en trozos grandes y poner en una licuadora. Agregar vino, sal y pimienta. Moler hasta obtener un estado de puré, verter en un plato plano.
Coloque en el congelador durante 1-2 horas hasta que se formen cristales de hielo alrededor de los bordes. Retire, revuelva y vuelva a colocar en el congelador hasta que se forme hielo.
Forre 6 vasos con hojas de lechuga y cubra con una cuchara las bolas de sorbete.
Adorne con crema agria y cebolla picada.